Antes de reformar, decide cómo quieres vivir
Reformar no empieza con una inspiración visual, ni con un plano técnico. Empieza con una pregunta esencial: ¿cómo quieres vivir en ese espacio? En Ginesta Your Personal Space, cada proyecto se plantea desde ahí. Porque una cocina o un baño no se transforman solo con diseño, sino con una intención clara.
1. Define lo que necesitas… no lo que está de moda
Una reforma con sentido no responde a tendencias, sino a prioridades personales. ¿Necesitas más luz? ¿Más orden? ¿Más fluidez? Eso define mucho más el proyecto que cualquier catálogo.
2. Identifica lo que no funciona
Antes de pensar en soluciones, observa. ¿Qué te incomoda en tu espacio actual? ¿Qué haces cada día que podrías hacer mejor con otro diseño? Reformar es resolver, no rehacer por inercia.
3. Respeta lo que funciona
No todo lo existente es un error. Hay elementos que pueden mantenerse y dar continuidad emocional al hogar. Conservar lo esencial también es una forma de avanzar con coherencia.
4. Escoge materiales que hablen de ti
Los acabados deben tener carácter, pero también coherencia con tu forma de vivir. En Ginesta se escogen con criterio: no para impresionar, sino para acompañarte durante años.
5. Apuesta por un diseño que entienda tu ritmo
Una buena reforma no solo mejora el espacio. Mejora la experiencia de habitarlo. Por eso, las decisiones no deben tomarse con prisa, sino con calma. Pensando en el presente, pero también en el futuro.
Antes de empezar una reforma, define cómo quieres sentirte en ese espacio cada día. El resto es diseño, y si está bien hecho, lo hace posible sin que lo notes.