Texturas que equilibran: la clave del interiorismo sensorial
Un espacio bien diseñado no solo se mira. Se percibe. Y una de las formas más potentes de activar esa percepción es a través de la combinación de texturas. En Ginesta Your Personal Space, el trabajo con los materiales va más allá del color o la forma: es una búsqueda constante de equilibrio, contraste y sensaciones.
Diseñar desde el tacto
Las texturas aportan profundidad, naturalidad y calidez. Una superficie cerámica con relieve, una madera suavemente cepillada o un tejido con cuerpo pueden transformar la atmósfera de una estancia. Por eso, cada selección que hace Ginesta considera no solo cómo se ve un material, sino cómo se siente.
Contrastes que enriquecen
El interiorismo sensorial se basa en el contraste inteligente: lo rugoso con lo liso, lo mate con lo satinado, lo natural con lo técnico. Este juego de oposiciones crea tensión visual, rompe la monotonía y da vida al espacio. En cocinas y baños, esta combinación se traduce en ambientes sofisticados, acogedores y llenos de carácter.
Un lenguaje silencioso
Las texturas también comunican. Un mueble con acabado en madera natural transmite calidez. Un revestimiento de gran formato con textura mineral sugiere solidez y pureza. En Ginesta, cada textura se elige con intención, como parte de un lenguaje visual que no necesita palabras.
El equilibrio como norma
Combinar texturas no es acumular contrastes. Es saber dosificar. Encontrar el punto exacto en el que los materiales se complementan sin competir. Por eso, el showroom de Ginesta es un espacio clave: permite ver y tocar, comprobar cómo se relacionan las superficies entre sí y tomar decisiones con criterio.
Espacios que se sienten
En Ginesta Your Personal Space, el diseño no busca solo impactar: busca acompañar. Y las texturas, cuando están bien combinadas, logran exactamente eso. Hacen que el espacio se convierta en experiencia. Que se viva con todos los sentidos.